domingo, 6 de febrero de 2011

La próxima, a pares y nones


Hay que planteárselo. El lunes por la mañana, los directivos del Caja Segovia deben solicitar una reunión urgente con Javier Lozano para solicitar un cambio de normas en la competición, y que la próxima vez que el Caja llegue con el partido empatado al final de la prórroga, la forma de desempatar pase a ser jugar a pares y nones, o a piedra, papel, tijera, o a algo parecido. Pero nunca más a los penaltis, porque el equipo suma ya un buen número de disgustos en esas lides.
Ayer, frente a un FC Barcelona también grande, el equipo segoviano realizó otro partidazo tanto en el apartado defensivo como en el ofensivo cuando le tocó trabajar con el balón tras encajar el segundo gol en la jugada más tonta de la Copa. No cabe duda que los jóvenes jugadores segovianos han ido creciendo a lo largo de la temporada, y lo han hecho lo suficiente como para poder mirar a los ojos a los grandes de la Liga (y el Barcelona lo es) aunque sea con la ayuda de una afición que también lo puso todo desde la grada.
Ambos equipos sabían que el encuentro no se iba a parecer en nada a los que disputaron en cuartos de final, ni el Barcelona iba a ganar fácil, ni el Caja iba a dominar en el juego y en el electrónico como hizo. El respeto mutuo fue la nota dominante durante los primeros veinte minutos de partido, en los que ambos conjuntos trataron de no cometer errores que pudieran dar oportunidades a la contra a su adversario.
De esta manera, la primera ocasión clara de gol no llegó hasta el ecuador del primer período, cuando el remate cercano de Sergio Lozano se encontró con la gran intervención de Cristian. Respondió el Barcelona con un lanzamiento de Fernandao al que Cidao tuvo respuesta, como también la tuvo el guardameta del Caja a un doble penalti de Wilde faltando seis segundos para el final.
Las espadas quedaban en todo lo alto para la segunda mitad, que el Barça no tardó en desequilibrar. Lin remachó a las mallas un balón que Cidao no pudo despejar en primera instancia, y poco después el saque largo de Cristian dio en Fernandao, llevando el esférico dentro de la portería del Caja Segovia en una de las acciones más propias del patio de un colegio que de un deporte que quiere hacerse mayor. Con estas normas no lo conseguirá.
Con el 0-2 el Caja estaba herido, pero no muerto. David cogió galones en el juego, Sergio Lozano se ofreció de manera constante, y tanto Tobe como Geison se multiplicaron en las tareas defensivas para que el Barça no pudiera sentenciar con un tercer tanto. Pero había que hacer saltar la defensa del equipo blaugrana, y eso sólo podía hacerse apelando a la calidad individual. Así que Sergio Lozano se disfrazó de Matías, se la jugó con Chico en la banda, y su remate cruzado se transformó en el 1-2 e hizo rugir a la grada.
Tres minutos después, con el Barça comprobando cómo se las gasta el Pedro Delgado cuando de animar se trata, Matías se disfrazó de lo que es, y en otro uno contra uno en banda remató con fuerza al segundo palo, donde Antoñito sólo tuvo que poner la cabeza, y rezar para que la fuerza que llevaba el lanzamiento no le rompiera el cuello, para empatar de nuevo el choque.
El Barcelona sacó entonces a relucir su vitola de equipo grande, y en una reacción furibunda puso cerco a la meta de Cidao. El Caja pasó por apuros, pero no se arredró, y Lozano puso a prueba a Cristian, mientras que en el área contraria Wilde fallaba lo infallable, sólo en el segundo palo. El partido se acabó cerca de la portería del Barça, donde Lozano y Matías no lograron culminar la última jugada del partido.
El tiempo suplementario fue tenso, pero con escasas ocasiones de gol, salvando un remate cruzado de Lozano al que Cristian respondió en gran intervención. Así que, con todo por decidir, se llegó al lanzamiento desde el punto de penalti. Cidao hizo su trabajo deteniendo el segundo lanzamiento a Jordi Torras, pero Carmona sorprendió colocando a Sedano bajo los palos en el cuarto lanzamiento, y cuando Esquerdinha estrelló su remate en el cuerpo del espigado portero blaugrana, ya sólo era cuestión de tiempo que llegara otro fallo local. David volvió a encontrarse con Sedano, y al Caja le tocó despertarse del sueño. Lo dicho, a la próxima, a pares y nones.

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