miércoles, 24 de marzo de 2010
La calidad venció al corazón
El Caja Segovia le mostró a la selección japonesa las diferencias que existen entre el fútbol sala español, consolidado entre los mejores del mundo, y el nipón, en evidente crecimiento a nivel de selección gracias al trabajo que está realizando Miguel Rodrigo al frente del combinado japonés, pero aún lejos del nivel de los mejores, sobre todo en lo que a calidad técnica se refiere.
Quizá por el hecho de ver a Kensuke jugando con la selección japonesa contra su equipo, o por el medio minuto largo que estuvieron Jesús Velasco y Miguel Rodrigo dándose la mano por aquello de los fotógrafos, o por los saludos y más saludos que había entre unos y otros, o incluso porque en las gradas no había el ambiente de las tardes de liga, lo cierto es que el encuentro tenía demasiados tintes de amistoso. Así lo vieron los japoneses, y alguno de los segovianos, pero no Nano Modrego.
El de Zaragoza está atravesando por un momento dulce en la temporada, y lo demuestra sea quien sea el rival. Veinte segundos tardó el conjunto segoviano en adelantarse en el marcador con un gol de Daniel, que desvió un lanzamiento de falta de Nano, y dos minutos en marcar el segundo gracias a un tanto de Modrego rematando una jugada ofensiva en el segundo palo. La selección japonesa no saltó a la cancha con la intensidad necesaria, y cuando se quiso dar cuenta ya marchaba por detrás en el electrónico.
Las rotaciones contribuyeron a igualar el juego, y Japón comenzó a inquietar la portería segoviana que durante muchos minutos defendió Alberto, ya que Cidao no fue convocado para el partido puesto que en el entrenamiento del lunes sufrió un esguince y Velasco convocó al portero del filial, Carlos, que disputó los últimos minutos.
La presencia de dos buenos conocedores de la liga española como Kensuke y Kogure en el combinado japonés, más la aportación de jugadores interesantes como el nacionalizado Bruno, o el ala Osodo, ayudaron a que la selección nipona fuera creciendo sobre la cancha, aunque la meta defendida por Kawahara pasó por muchos más problemas que la de Alberto, hasta que Nano Modrego colocó el 3-0 con el que se llegó al descanso, y aún pudo hacer un cuarto de no haberse encontrado con la madera en un lanzamiento desde el punto de doble penalti.
Seguramente durante los minutos de descanso, Miguel Rodrigo señaló a sus hombres que debían de elevar su ritmo de juego, si querían poner en apuros al Caja Segovia. Dicho y hecho, los jugadores de la selección asiática saltaron a la cancha con mucha más intensidad, sobre todo en el apartado defensivo, lo que coincidió con un mal inicio de segunda parte por parte del Caja, que salió a la cancha sin la tensión necesaria. Ello propició unos minutos de dominio visitante, que se tradujeron en el gol japonés, obra de Komiyama en una acción de contragolpe.
No tardó el Caja en volver a coger las riendas del partido a pesar de la presión en toda la cancha que ejercía su ambicioso oponente. Nano Modrego hizo el cuarto de los locales al transformar un penalti, y de nuevo con los tres goles de renta, el equipo segoviano optó por esconder la pelota, mientras que Japón realizó un gran derroche físico y un sacrificio defensivo “made in Rodrigo”, pero sin fortuna de cara al gol en los numerosos contragolpes en superioridad que tuvieron los jugadores visitantes.
En el intercambio de contraataques de los últimos minutos, David y Matías tuvieron claras ocasiones para marcar, y en la otra portería los japoneses también dispusieron de oportunidades hasta que a un minuto del final Osodo marcó el definitivo 4-2. Los parciales de 3-0 en la primera parte, y de 1-2 en la segunda reflejan fielmente lo que fue el partido, ya que cuando apretó el Caja fue netamente superior, pero Japón supo encontrar en la intensidad de su juego la mejor arma para dejar una buena imagen.
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