El encuentro ante el Lobelle de Santiago ha dejado al Caja Segovia varias secuelas negativas aparte de la derrota. En primer lugar, el enfado por la actuación arbitral. Los colegiados enseñaron siete tarjetas amarillas a los jugadores del equipo segoviano, y en la mayoría de las casos fue por protestar. El Lobelle, que empleó su juego de contacto característico, se fue solo con tres tarjetas.
Pero sin duda lo más negativo del choque para el Caja fue la lesión de Sergio Lozano. Una entrada con la plancha por delante de Palmas obligó a retirarse lesionado al cierre madrileño. Tras el encuentro, la expedición cajista ya se temía que pudiera tratarse de una lesión importante. De momento y según explicó el propio Sergio Lozano se trata de un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha, lo que le mantendrá apartado de las canchas al menos 10 o 15 días.
Los médicos le han recomendado que tome antiinflamatorios y tenían previsto a esperar a hoy para comprobar si la rodilla se le hincha y en función de eso decidir si someten al jugador a alguna prueba para destacar una lesión más grave. Aparte del disgusto por la lesión, a Sergio Lozano aún se le notaba ayer el enfado por la forma en que habían caído en la cancha del Lobelle de Santiago. Sin querer criticar duramente a los colegiados, Lozano expresó el sentir generalizado del Caja Segovia. «Los árbitros no estuvieron a la altura del gran partido que se jugaba, pero hay que pasar página y pensar que el equipo respondió al máximo nivel», afirmó.
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